El aloe vera y el cuero cabelludo sensible



La mayoría de las personas que en algún momento de su vida hayan tenido algún problema capilar (caída, descamación, picores...) se habrán dado cuenta de que no es posible tener un pelo bonito sin un cuero cabelludo saludable.

Como ya he comentado varias veces en el blog, tengo un cuero cabelludo bastante sensible que suele irritarse fácilmente y que también me tiende a dar problemas en épocas de estrés. Hace ya un par de años que procuro utilizar champús suaves y que evito pasarme con el calor, y la verdad es que a la larga el pelo me lo está agradeciendo. 

Mi principal problema es que después de una temporada con el cuero cabelludo sensibilizado, el cabello se me empieza a debilitar y se me acaba cayendo. Aunque ya llevo unos meses con el tema bastante controlado, nunca me puedo confiar demasiado porque en cuanto descuido un poco la rutina capilar, vuelve a aparecerme una tirantez en el cuero cabelludo que me indica que las cosas no van bien. 

Pero más allá de evitar pasarse con el calor y elegir champús que no agraven el problema, he encontrado un buen aliado en las mascarillas capilares. En concreto, en la de Aloe Vera





Como ya sabréis, el Aloe Vera posee una gran capacidad cicatrizante y regeneradora. De hecho, probablemente ya habréis visto que se recomienda tanto para relajar la piel después de tomar el sol como para para mejorar el aspecto de las cicatrices, y no es por casualidad. Contiene más de 20 minerales y aporta vitaminas de los grupos A, B1, B2, B6, B12, C y E, por lo que no sólo ayuda a calmar nuestra piel sino que ayuda a nutrir el cabello de forma considerable.

Pero lo que más me gusta del Aloe Vera es que, al contrario de otros aceites y productos para el cuero cabelludo, no aporta grasa en absoluto y se elimina muy fácilmente con el champú, por lo que no hay que preocuparse por que nos deje el pelo apelmazado. Puede utilizarse como mascarilla prelavado siempre que queráis, masajeando con los dedos de forma suave y dejándola actuar un mínimo de 15 minutos.

Yo utilizo la sábila de mis propias plantas, pero también podéis hacerlo con un gel de aloe vera comercial. Eso sí, aseguraos de que contenga un 100% de Aloe Vera, porque hay marcas que nos intentan colar como geles de Aloe Vera geles que simplemente contiene un porcentaje bajo de dicho producto.

Si os animáis a probarlo, contadme qué tal os va!

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