Experimentando con hierbas indias (Parte II): El Amla
Como ya os he contado en posts anteriores, llevo una temporada dedicándome a probar toda cuanta santa hierba india cae en mis manos (si bien es cierto que con resultado desigual).
Si el mes pasado os estuve hablando de una de mis favoritas, la Cassia, en esta ocasión vengo a hablaros de otro producto que me ha sorprendido para bien: el Amla.
Aunque suelo llamarlas "hierbas indias", el Amla es en realidad un pequeño fruto de aspecto muy similar a la grosella. Por lo que he podido averiguar por internet, es originaria del sudeste asiático y sus múltiples propiedades la han convertido en uno de los remedios más utilizados en la medicina tradicional india: la llamada medicina ayurvédica.
A nivel estético, su principal aplicación es capilar. Aunque también se puede usar como mascarilla para el rostro, la mayor parte de las mujeres indias suelen aplicarlo a modo de acondicionador.
Y es que el Amla es básicamente eso, un acondicionador natural que nos ayuda a que nuestro pelo luzca más brillante, más suave y, en definitiva, con mejor aspecto. Os resumo un poco cómo funciona:
¿Cómo se aplica? Su alto contenido en vitamina C hace que el Amla suela venderse en polvo (ya que al mezclarse con agua el ácido ascórbico tiende a durar muy poco tiempo). Básicamente funciona como la Henna o la Cassia: se mezcla con agua y se aplica por el cabello a modo de mascarilla. Luego debemos cubrirnos con un gorro de ducha o un plástico para evitar que se seque y dejarla actuar entre 30 minutos y 1 hora. Pasado ese tiempo, ya podemos lavar el pelo como de costumbre.
¿Qué beneficios tiene? El Amla es uno de los frutos con más vitamina C que existe. Además, también es rico en vitaminas del grupo A y B, que ayudan a aportar elasticidad al pelo. También se le atribuyen otras propiedades como la de equilibrar el cuero cabelludo y ayudar a reducir la pérdida de pelo.
¿Se nota su efecto? La verdad es que sí. Como el resto de productos típicos de India puede parecernos un poco coñazo de usar pero deja un brillo y una suavidad en el pelo que me gusta mucho. Al igual que os comentaba en el post de la Cassia, es importante retirarla bien para que el pelo nos quede completamente limpio y podamos tener un buen resultado (lo digo por experiencia)
Peeeero todo no iban a ser ventajas. El amla tiene un gran inconveniente que puede que os eche para atrás a muchas de vosotras: tiende a arrastrar la henna y los tintes debido a su alto contenido en vitamina C. Yo personalmente llevo el pelo teñido con henna desde hace más de un año (de esto os hablaré más adelante), así que para mantener el color suelo usar el amla en la propia mezcla de la henna o unos días antes de volver a aplicármela.
La verdad es que es una pena porque como mascarilla me parece una pasada. ¡Ya me contaréis si os animáis a probarla!
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