Pequeños detalles para verte mejor al instante

Seguro que conoces a alguna de esas personas que siempre va impecable. Pelo perfecto, ropa impoluta, aspecto reluciente...¿cómo demonios lo hacen? La verdad es que siempre he pensado que ese tipo de pulcritud es algo que se tiene o no se tiene y yo, en mi caso, soy de esas personas que NO lo tiene. Sin embargo, basta con fijarse un poco para darse cuenta de que todas esas personas tienen ciertas cosas en común y que, con un poco de organización, no es tan complicado conseguir una imagen más "limpia" y que nos permita ofrecerle al mundo nuestra mejor cara. 

Una mujer muy sabia me dijo en una ocasión que había tres cosas que siempre tenían que estar perfectas: el pelo bien peinado, los zapatos limpios y la ropa planchada. Y estoy completamente de acuerdo. Pero, una vez hecho lo básico, en qué pequeños detalles nos podemos fijar para elevar nuestra imagen al siguiente nivel?

 Pendientes. Puede parecer una tontería pero nada ilumina tanto un rostro como ponerse unos pendientes que nos favorezcan. No tiene porque ser nada ostentoso, ni demasiado llamativo. En mi caso, en el día a día suelo utilizar un pequeño diamante o unas pequeñas dormilonas que te dan un efecto "buena cara" al momento. En general, cualquier pendiente con algo de pedrería, por pequeña que sea, te puede ayudar a conseguir un look más pulido con el mínimo esfuerzo. 

Cejas bien definidas. Siempre se ha dicho que un buen diseño de cejas te cambia la cara y, sinceramente, creo que es totalmente cierto. Depilarlas con una forma que te favorezca (sin volverte loca!), recortar los pelitos sobrantes y decolorarlas si las prefieres algo más claras puede mejorar por completo tu imagen en apenas 5 minutos. Si no te las apañas sola, acude a un buen profesional para que, por lo menos, encuentre la forma de ceja que más te favorece. No te vas a arrepentir. 

Labios hidratados. Solemos volvernos locos con el cuidado facial pero, ¿qué pasa con los labios?. Pocas cosas dan peor aspecto que una boca con grietas o pielecillas y es una de esas cosas que podemos solucionar simplemente con un buen cacao a mano. Personalmente suelo usarlos libres de parafina, como el Skin Food Lip Balm de Weleda o el Rêve de miel de Nuxe. Si con eso no es suficiente, te recomiendo un poquito de manteca de karité antes de irte a dormir. ¡Mano de santo! 

Piel cuidada. No hay nada que haga más por tu belleza que una piel bien cuidada. Ya no se trata de mantener las arrugas y las manchas a raya, sino de una piel jugosa e hidratada que nos proporciona ese efecto "buena cara" tan difícil de conseguir en los tiempos que corren. Si no tienes tiempo o no consigues ser constante, simplemente intenta empezar por ponerte en serio con la limpieza y la hidratación. La constancia en estos casos es fundamental, pero merece la pena. Si lo que estás buscando es una piel algo más radiante, te recomiendo empezar con algún sérum con vitamina C y algún exfoliante químico como el ácido glicólico o el mandélico. 

Zapatos impecables. No hay cosa que dé peor imagen que unos zapatos sucios o demasiado desgastados. Aparte de lo obvio (llevarlos limpios) hay dos cosas fundamentales que puedes hacer por tus zapatos que no te cuestan apenas nada y marcan mucho la diferencia: hidratar los zapatos de cuero y blanquer las zapatillas de color claro. Para esto último te recomiendo meterlas en agua con una cucharadita de bicarbonato de sodio y frotar con algún cepillo de dientes que ya no uses. Ya verás qué diferencia. 

Cuello vuelto. Pocas prendas favorecen más al rostro como un jersey de cuello vuelto. Es una de esas verdades universales que funcionan con casi todo el mundo. Enmarcan la cara, tapan las arrugas, disimulan la papada. Una maravilla.

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